Regresamos a cenar a Dulce Patria con la curiosidad de ver cómo había
evolucionado desde nuestra primera visita hace poco más de dos años,
y motivados por el menú rosa que se ofrece como sugerencia durante el mes de
octubre.
El ingreso íntegro de los platos del menú rosa se dona íntegramente a una
asociación que lucha contra el cáncer de mama y promueve la autoexploración,
según nos explicó la chef Martha Ortiz.
Así, atraídos por sus platillos y queriendo contribuir a una buena causa,
Gerardo ordenó el Chicharrón de maíz cacahuacintle del color de las amazonas
mexicanas ($74). Venía presentado muy mono en una cazuela de peltre y traía
para acompañarlo una salsa de chamoy con Jamaica. Estaba sabroso, aunque este
mismo “chicarrón” quedó aún mejor en el postre de chocolate que pidió más
adelante. También se intercalaban unas papás fritas con pepitas al centro que
estaban un pelín saladas.
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