martes, 7 de febrero de 2012

Lampuga Bistrot, bonito y sin pretensiones


Fuimos a cenar al Lampuga Bistrot, de reciente apertura en Polanco, y que en la carta se auto define como un lugar donde la gente puede encontrar “un menú fresco y ligero y sin grandes pretensiones”. Eso sí, con un “servicio personal”. Y eso fue exactamente lo que encontramos.
Las entradas las pedimos al centro y la primera fueron unas Croquetas de Jamón Serrano ($59). Venían servidas con mayonesa con chipotle a un lado. Tenían buen sabor y textura, calientitas y crujientes por fuera y suaves por dentro.

Seguimos con unos Tacos de ossobuco ($140) picadito, sobre tortilla de maíz, acompañados de una salsa verde con aguacate y espolvoreados de cebolla picada y cilantro.  La carne era sabrosa y suave,  con una agradable consistencia y las tortillas estaban calientitas y ricas. Muy buena opción para picar.
A pesar de ser una noche fría, la simple idea de un sabroso aguachile, nos sedujo. Y así, pedimos el Aguachile de callo de almeja ($155), con cilantro, pepino, cebolla morada y limón. Parecería ser suficiente para deleitarnos, pero no fue así. El producto principal no era lo que esperábamos. Sin estar descompuesto, el callo de almeja presentaba un ligerísimo sabor azufrado, que no nos permitió seguir comiendo. Una lástima. Tuvieron el detalle de no cobrarlo.
En sustitución del aguachile ordenamos unas Carnitas de pato ($144), que venían presentadas de modo simple con unas rebanadas de aguacate, un tercio de limón amarillo y aparte tortillas de harina. Aceptables, pero nos hacía falta una salsa que fuera bien, así es que la pedimos y nos trajeron una roja que combinaba perfecto.
Ordenamos para complementar nuestra cena un Pinot Noir de Nueva Zelanda año 2007, llamado Villa Maria. Una interesante expresión de esta uva, mucho más frutal que en Borgoña. Cerezas maduras y frutos rojos, madera, especias, y detrás esa nota animal que caracteriza a esta variedad. Muy agradable y fácil de beber, acompañó perfecto a nuestros platos.
De principal Eva eligió el Lampuga Mahi Mahi ($198). La descripción decía:  Dorado a las brasas o rebozado y servido en salsa de perejil y almejas. Eva pidió que se lo llevaran asado y con la misma salsa, a lo que accedieron sin objeción.
La presentación era horrible,  pocos platos han sido tan difíciles de asimilar a primera vista. Las almejas, en cambio, estaban perfectamente limpias y el pescado ligeramente fibroso pero aceptable; sin embargo, la salsa estaba pasada de sal y en conjunto los elementos no fueron suficientes para que dieran ganas de terminarse el plato.
A Gerardo se le antojó el Sandwich abierto de Roast Beef ($168) que venía con gravy y berros. Una enorme decepción. El pan estaba demasiado tostado y la carne que venía en rebanadas gruesas estaba muy cocida, dura y nada sabrosa.
Ya para el postre, Eva ordenó un Merengue con helado de fresa ($76), que originalmente venía acompañado de crema batida y fresas, pero que pidió se los sirvieran aparte. El merengue, no era uno, sino varios, pequeños que, aunque no estaban hechos en casa, eran buenos. El helado estaba muy sabroso, y junto con las fresas, fue algo goloso y muy agradable para terminar la cena.
De postre Gerardo pidió, sin dudarlo, unas Peras al vino tinto ($69) con helado de vainilla. ¡Bingo! En este caso acertó. Deliciosas. Excelente textura y sabor. No pensaba comerse el helado de vainilla, pero combinaba también que lo terminó.
Con todo, fue una agradable velada, porque el lugar es muy agradable, especialmente la terraza, en donde nos sentamos soportando estoicamente el humo de cigarro de alguna mesa vecina. Bonita decoración, buen servicio y comida sin pretensiones.

Dirección: Anatole France 78, Colonia Polanco, México Distrito Federal.

Teléfonos: 5280 2166 y 5280 2188

Página web: http://www.lampuga.com.mx

Horarios: Lunes a Sábado de 13:30 a 2:00 hrs. (Lunes, Martes y Miércoles la cocina cierra a las 23:00 hrs. Jueves, Viernes y Sábado cierra a las 23:30 hrs.). Domingos de 13:30 a 18:00 hrs.

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