domingo, 16 de octubre de 2011

Hanzo… buena comida, mal servicio


Nos comentaron de un nuevo restaurante japonés que tiene un par de meses que abrió en Polanco, llamado Hanzo, y que es un lugar de moda, así que fuimos a cenar.
Reservamos con anticipación, pues el lugar se llena y no hay otro modo de poder tener mesa. Al llegar vimos la primera señal de que sí es un lugar de moda: hay un cadenero en la entrada, que la verdad no opuso mayor problema a que entráramos y desde lo alto de su Olimpo de cadenero, nos franqueó el acceso.
Ya adentro nos gustó el lugar, con un salón bellamente adornado y una terraza realmente acogedora en la que daban ganas de quedarse. De hecho nos habían asignado una mesa ahí, pese a que la reservación fue hecha en el área de no fumar. No aceptamos porque había alguien fumando un tremendo puro y nos iba a estropear el sabor de los alimentos y el vino.
Como la planta baja estaba a reventar, nos acomodaron en el primer piso, en un salón más sencillo y con pocas mesas. En recompensa había un lindo ventanal con vista a la avenida Presidente Masaryk.
Como es costumbre nos ofrecieron de beber y Eva eligió, entre una amplia carta de bebidas, un martini con lemon grass ($110) que era agradable, pero demasiado dulce. 
Gerardo prefirió una botellita de sake ($450) que por cierto nadie le servía y por fin se la llevaron cuando estábamos comiendo las entradas.
Desde el principio el servicio fue descuidado y los meseros no tenían un buen (y a veces ni malo) conocimiento de la carta, ni sabían muchos detalles de los platos, lo que dificultó mucho decidir qué ordenar.
Finalmente pedimos tres entradas al centro, al mismo tiempo que Eva solicitó le mostraran la carta de vinos.
Y llegaron las entradas: Primero unos dumplings rellenos de res fritos ($125), sabrosos pero no excepcionales.
La segunda era Shishito con salsa miso cítrica ($75), que eran pimientos japoneses salteados con miso y limón amarillo. Realmente buenos.
Y lo que resultó ser el mejor plato de la noche, el Trío de Langosta ($340) que era ese crustáceo presentado como sashimi, tempura y ceviche. A Eva le encantó el primero, en el que se percibían todos los sabores y cuyo aliño combinaba a la perfección, sin quitarle protagonismo a su majestad la langosta. El tempura también tenía muy buen sabor y textura y a Gerardo fue lo que más le gustó. El menos popular fue el ceviche.
Mientras llegaban los paltos fuertes pedimos unos nigiris, los de Eva eran Maguro (de atún $85) y los de Gerardo Ebi (de camarón $70), que estaban muy buenos y venían presentados en pares.
Menos mal que pedimos ese entretiempo, porque todavía tardaron 25 minutos en traer el pato fuerte. Eva eligió la Pechuga de pato al sartén en especies asiáticas y espuma de siracha con naranja ($285). La carne estaba muy bien cocida y sabrosa y la salsa combinaba muy bien. Buen plato.
Gerardo prefirió el Black Cod con salsa miso cítrica ($310), que era un bacalao negro al horno con la salsa mencionada y germinado de chícharos. Se quedó por debajo de sus expectativas, sin que se pudiera decir que era un mal plato.
Por cierto que la carta de vinos nunca llegó, ni de motu propio ni porque alguien del personal la llevara, pese a que la solicitamos varias veces. Eva tuvo que levantarse a pedirla a un caballero en el salón. Como ya habían llegado los platos fuertes y la idea no era maridarla con aire, decidió ordenar rápidamente algo seguro: un Ensamble Arenal 2008 ($450). Nos sorprendió gratamente el precio, menos de la mitad que en otros restaurantes. En general el precio de los vinos era muy accesible.
Pero desgraciadamente hubo un cambio en el servicio que nos estropeó el fin de la velada.
Llegó a atendernos un mesero al que no habíamos visto antes, quien con mirada desafiante y actitud soberbia afirmó que esa botella no era la mejor elección. Y esa actitud la mantuvo durante toda la noche.
Para cerrar la parte salada de la cena y que tuviera un poco más de sentido haber pedido el vino, que todavía tardaron 10 minutos en llevar, se nos ocurrió pedir sendas Sopas de huachinango y miso ($55 cada una). Pero como pasó con el vino, todos recogían el pedido, pero nadie lo hacía efectivo. Así que esperamos y esperamos hasta que decidimos cancelarla y entonces sí, tardaron dos minutos en llevarla a la mesa.
El mesero soberbio no se dignó a avisarnos que ya iban a cerrar la cocina, por si queríamos postre y nos enteramos al pedirlo. Con todo, tras la intervención del capitán, conseguimos encargar Eva una Pera pochada en vino de ciruela con salsa de té chai ($90). 
Y Gerardo unos Spring Rolls de Ganache de chocolate blanco con ensalada de frutas y salsa de menta ($55).
Como nos habíamos quedado con el gusanito de sentarnos en la terraza pedimos que nos llevaran todo ahí en donde además nos sirvieron sendas copas de Amarula ($70 por cabeza) que era una crema licor sudafricano hecho con fruta de marula y que de alguna manera nos recordó algo al Baileys.
Desgraciadamente, hasta ahí nos siguió el nuevo mesero que lo menos que se puede decir es que era impertinente. Lástima, porque el lugar es encantador y la comida no es mala.


Dirección: Presidente Masaryk 120, Col. Polanco, Ciudad de México.
Tel.: 5203 4815.
Horarios: Dom. de 13:00 a 20:00 hrs.
Lun. a Sáb. de 13:00 a 01:00 hrs.

2 comentarios:

  1. Muy Buenas Noches,

    De verdad admiro la forma tan descriptiva que tiene para narrar su experiencia en Hanzo, antes de seguir adelante, permitame presentarme mi nombre es Ivan Quevedo Chef ejecutivo del restaurante al cual usted se refiere.

    De antemano le quiero agradecer por ofrecer un punto de vista objetivo y con tanto detalle.

    EL motivo de mi respuesta es hacer publico que estamos siempre en búsqueda de mejorar tanto así, que me tome la libertad de leer su articulo de principio a fin.

    Como todo tenemos detalles que no pueden ser pasados por alto y como todo restaurante que quiere llegar a satisfacer a nuestros clientes de forma integra, estamos trabajando arduamente para que la experiencia de todos nuestros clientes sea extraordinaria.

    Acepto sus comentarios de la forma mas respetuosa y trabajamos dia con dia en mejorar para ustedes.

    Atentamente.

    Ivan Quevedo

    Chef ejecutivo
    Hanzo Polanco

    ResponderEliminar
  2. es muy bonito el lugar mi mama trabaja en ese lugar y me a tocado probar la comida es muy deliciosa uy pero hay un aceite de chiles mmmm rico

    ResponderEliminar