En un lugar de Polanco, de cuyo nombre no queremos acordarnos, existe hace un tiempo ha un lugar llamado El Secreto.
Y es tan secreto este lugar que nada lo identifica como tal. Y para reservar hay que llamar al celular del chef. Y eso es lo que hizo Gerardo.
El chef, quien ha trabajado con uno de los cocineros más famosos del mundo y tiene un conocido lugar de tapas en el mismo Polanco, preguntó si teníamos restricciones en algún alimento y Gerardo le explicó que tiene dificultades para digerir la lactosa. El jefe de cocina ofreció amablemente preparar un menú especial “reducido” pues aclaró que acababan de extender el servicio de cenas de jueves a sábado. Antes sólo abrían para la comida.
Y es tan secreto este lugar que nada lo identifica como tal. Y para reservar hay que llamar al celular del chef. Y eso es lo que hizo Gerardo.
El chef, quien ha trabajado con uno de los cocineros más famosos del mundo y tiene un conocido lugar de tapas en el mismo Polanco, preguntó si teníamos restricciones en algún alimento y Gerardo le explicó que tiene dificultades para digerir la lactosa. El jefe de cocina ofreció amablemente preparar un menú especial “reducido” pues aclaró que acababan de extender el servicio de cenas de jueves a sábado. Antes sólo abrían para la comida.
La llegada estuvo rodeada de
misterio, pues ante la imposibilidad de estacionar el coche, algo rarísimo en
Polanco, telefoneamos para preguntar dónde podíamos dejar el auto. Nos
preguntaron las características del vehículo y dijeron que alguien estaría
esperando en la puerta para recibirnos. Así sucedió.
Ya en la entrada nos salió a
recibir uno de los socios del lugar y en la mesa se presentó el chef.
El chef nos envió dos
amuse-bouche. Una crema de brócoli con aceite de cebollín, que tenía un
agradable sabor y una muy buena temperatura.
Adicionalmente, lo que a Eva
le pareció el mejor plato de la noche: un montadito de caracol de Ensenada
sobre paté de hígado de pescado con erizo de mar y cebollín, cuajado con alga
agar-agar y aderezado con una vinagreta de cebolla morada y un toque de
ajonjolí. Una explosión de sabores bien definidos. ¡Magnífico! Todo regado por
una copa Pionero Albariño Maccerato ($105).
Seguimos con un plato cuya
composición era básicamente: Foie, robalo ahumado y mamey caramelizado, salsa
de zanahoria y vinagreta de frutos secos ($134). También tenía algunos brotes y
aceite de perejil. Era excelente. Tenía un muy buen contraste entre
sabores y las texturas de los diferentes ingredientes eran muy agradables al
paladar.
Sólo hubo un problema: que
varias veces nos repitieron que era puré de camote, y luego nos dijeron que era
puré de mamey. No sabemos si se hicieron camote, pero continuamos confundidos.
El plato no demeritó por ello. Para maridar nos ofrecieron una copa de Pedro
Ximénez Tradición ($300), muy agradable combinación.
Eva continuó con la
Ensalada de bacalao ($92) sobre brandada, tomatitos de Papantla, reducción de
vino, jamaica, vainilla y pimientos asados. El sabor del bacalao era agradable.
El jitomate había pasado por un proceso de deshidratación y había sido
rehidratado con una reducción de vainilla. Sin embargo, la mezcla de sabores se
desequilibraba, ya que el jitomate tenía un grado de acidez que sobrepasaba a
la brandada. A un costado, una ensalada simple con pimientos, cuyo aliño se
había pasado un poco de vinagre. Venía con unos crujientes de pan con romero y
aceite de oliva que iban bien.
A Gerardo, por la cuestión
de la lactosa, le tocó la Ensalada de tomatitos orgánicos, toque de romero
y frutos secos caramelizados ($69). Estaba sencillamente deliciosa. ¿Por
qué muchos chefs quieren descubrir el hilo negro en la ensalada? Misterio.
Hacer una ensalada sencilla y magistral es posible. Ésta es la prueba.
Elegimos para la cena un
vino tinto de la Rioja cuyo nombre parecía un compendio de faltas de
ortografía: Remírez de Ganuza Reserva 2004. Este vino ($2,450) se elabora
con uvas seleccionadas manualmente de viñedos de una edad de 60 años. Mezcla
las variedades Tempranillo (90%) y Graciano (10%) y tiene una crianza de 24
meses en barricas nuevas de roble. Es un muy buen vino. Les recomendamos
probarlo.
El primer plato fuerte fue
un Bacalao nacional con limón real, piña asada y reducción de naranja ($130).
El bacalao estaba en un buen punto
de cocción, la reducción y la piña iban muy bien, y el limón real coronaba
todo. Venía acompañado con un poco de algas. Sólo había un problema: le hacía
falta más temperatura.
El otro plato fuerte fue
el Rabo de toro a la Sevillana ($120), con aceitunas kalamata y chips de camote
y papa. La carne estaba muy suave y bien sazonada, resultaba muy sabrosa. Si
bien era una porción generosa de un plato muy pesado, valía la pena hacer el
esfuerzo. Lástima que se repitió el detalle de la temperatura demasiado baja, que en un plato
graso como éste, si fue un detalle muy importante.
Los postres fueron
cortesía de la casa
Para Eva sirvieron la
Tarta de Queso de cabra con salsa de curry, salsa de albahaca, compota de
tomate, polvo de huitlacoche y champiñones deshidratados ($80 precio en la
carta). No le gustó.
A Gerardo le tocó la Esfera
de chocolate con espuma de leche, sobre bizcocho de chocolate, reducción de
jamaica y café ($120 precio en la carta). Una combinación interesante de
sabores en una presentación original y creativa. Bien para cerrar la cena.
Los postres los maridamos con una copa de Taso’Real Tempranillo, un vino semidulce que combinó razonablemente bien.
Pese a muchas
contradicciones en los ingredientes y muchas lagunas en las descripciones de
los platos, exceptuando las explicaciones que nos brindaba el chef, fue una
cena agradable y la disfrutamos mucho.
Estábamos tan a gusto que
prolongamos la sobremesa con el chef, bebiendo sendas copas de Cardenal de
Mendoza ($140) y fumando puros. Gerardo eligió un Cohiba y Eva un Partagas,
sólo que el Cohiba tenía un problema y no tiraba el humo, así que mejor lo
cambió por otro Partagas ($220 c/u), que ese sí tiraba muy bien.
Dirección: Las coordenadas
del restaurante son un secreto a voces que sólo se pasa de mano en mano. Así
que, si realmente está usted interesado en ir, mándenos un correo a través de
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