A la salida del
Palacio Real de Bangkok, en Tailandia, Gerardo se topó con un tailandés que
vestía una camiseta del Cruz Azul y vendía cocos y refrescos en un puesto. Como
no es algo común, se le acercó y le hizo conversación. El hombre explicó en buen
español que era su equipo de futbol favorito junto con las Chivas. Resulta que
había trabajado como cocinero durante un par de años en el Thai Gardens de
Polanco y mostró orgulloso una foto para probarlo.
Hay quien dice
que las casualidades no existen, así que lo tomamos como una señal de que El
Pecado debía visitar y reseñar este restaurante.
Como es común
en los restaurantes asiáticos, la carta era muy extensa. Para no complicarnos
la vida y probar un poco de todo, decidimos pedir el menú de degustación que
además estaba muy barato ($345 por persona). Pronto entendimos por qué.
Las entradas incluían
Brochetas de muslo de pollo marinado en leche de coco y hierbas a la parrilla
(Kai Sattee), intensas, especiadas y agradables. Fue la entrada que mas le
gusto a Eva. También había Rollitos de primavera (Pho Pia) que estaban muy bien
elaborados y fueron los favoritos de Gerardo. Colas de camarones envueltas en
pasta de arroz (Khung Phom Pha) con el camarón fresquísimo y la fritura sutil.
Ensalada de Vermicelli (cabello de ángel con limón y apio) simple y sin
encanto. Empanadillas de cerdo al vapor (Kanom Gib) que no eran otra cosa que
unos dumplings nada del otro mundo. Y Pollo y calamares fritos mezclados con
maíz (Maíz Tood) cuyos sabores se mezclaban y con la fritura todo empeoraba. La
presentación era un tanto simple y abigarrada.
Para maridar
pedimos un Blanc de Blancs, La Viña, 2010, de Cataluña, que resultó ser la
mejor opción dentro de los vinos que ofrecía la carta. Fresco, sencillo y con
una buena acidez acompañó agradablemente los platos.
En los platillos
principales la presentación mejoró mucho. Ya no estaban
amontonados, sino cada uno en su cazuelita. Y eran un Pollo al curry rojo,
nuestro favorito, cuyos sabores estaban muy bien integrados y la textura del
curry era muy agradable. Res a la albahaca que venía salteada con cebollas,
pimientos y chiles, todo en su punto. Tallarines salteados con camarones y
cacahuates (Pat Thai), a los que les pasó lo mismo que a los fideos de la
entrada, les faltaba encanto.
Camarones en salsa de ostión, de aroma fuerte y
penetrante, de sabor agradable, los vegetales estaban en su punto y resultaban
crujientes y agradables. Triángulos esmeralda (filetes de pollo marinados
envueltos en hoja) de apariencia similar a un tamal oaxaqueño, pero de sabor
muy diferente, muy agradables ya que la cocción del pollo en hoja de mantenía
todas sus jugos. Todo con un pequeño arroz de acompañamiento, que era
perfumado.
Los postres
eran un surtido anunciado como “especialidades del chef” y que resultaron más
tipo fonda que otra cosa, debido a que la presentación fue la menos decorosa de
la noche, desde ahí ya no nos dieron muchas ganas de engordar por comerlos.
Nuestro favorito: la castaña de agua con leche de coco.
Fue una cena
muy sencilla y desenfadada. Sin mucha complejidad, nos dio sólo un ligerísimo
acercamiento a lo que sabemos que la comida tailandesa puede ofrecer.
Dirección:
Calderón de la Barca 72, Colonia Polanco, México D.F.
Teléfono: 5281
3850 y 5281 3856
Página web: www.thaigardensgroup.com
Horarios: Dom.
de 13:00 a 18:00 hrs. Lun. a Jue. de 13:00 a 23:00 hrs. Y Vie. y Sáb. de 13:00
a 00:00 hrs.
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