jueves, 23 de junio de 2011

L’Ostería del Becco, ¡Por fin!

Finalmente nos tocó un restaurante en donde los elevados precios se correspondían con un gran servicio, excelente comida, bella decoración, buena música, ambiente agradable y hasta valet parking detallista. Así nos pareció L’Ostería del Becco (así sin hache) en Polanco, junto al mismísimo Buddha-bar.
Llegamos a cenar temprano, a las ocho, y fuimos los primeros de la noche. Teníamos todo el servicio a nuestra disposición. Lo importante fue que conforme fue llegando la gente (el salón casi se llenó) la atención nunca decayó.
Enseguida la persona que tuvo a cargo nuestra mesa nos ofreció si queríamos algo de beber y sugirió un Splitzer que llevaba proseco y licor de naranja ($160). Resultó refrescante y agradable. Y Gerardo pidió una copa de proseco ($160) que estaba correcto pero que, después de la champaña que hemos estado bebiendo en los últimos lugares reseñados, le supo a poco.
Antes de ordenar de comida nos presentaron a la reina de la noche: su majestad la trufa. Venía sobre una tabla cubierta por una burbuja transparente a manera de trufamóvil (como el vehículo del papa, pero en versión trufa).
Como antipasti Eva ordenó el Queso mozzarella y prosciutto San Daniele (Bocconcini di mozzarella e San Daniele -$138), cuyo encanto consistía en su simplicidad. Eran cuatro pequeñas piezas que constaban de una rebanada de jitomate fresco (en buen punto de maduración), una hoja de albahaca, una bolita de queso mozzarella de vaca, y proscciutto. Estaban aderezados simplemente con aceite de Oliva, un toque de vinagre balsámico y un poco de pimienta.
Gerardo escogió las Navajas con poros y papas sazonadas (Cannolicchi con porri e Patate -$180) que venían tibias mezcladas sobre su concha que reposaba sobre una cama de sal marina. Los sabores del fruto de mar y el tubérculo armonizaban perfectamente entre sí y con el aceite de oliva y la cebolla.
Para acompañar nuestros platos ordenamos un vino tinto Angheli 2004 de la casa Donnafugata ($1290), que era una mezcla del 50% de uva Nero d'Avola y 50% uva Merlot. Con 12 meses de barrica en roble francés. De color intenso. Era un vino potente y estructurado en nariz, con una personalidad propia e interesante. Resaltaba la nota de la cereza negra madura, con madera, tabaco, cacao y ligeros aromas de caza. En boca muy equilibrado, con taninos presentes, pero muy agradables y un muy buen cuerpo.
Un punto en contra fue el hecho de que no nos describieron las características sensoriales del vino, si bien es nuestra tarea descubrirlas y apreciarlas, nos hubiera encantado un acercamiento de la mano de un especialista.
El restaurante cuenta con dos cavas de tamaños diferentes, bellamente conformadas y las cuales pueden reservarse como privados para una cena, opción que se antoja mucho. Cuentan además con una amplísima variedad de etiquetas italianas, muchas de ellas de muy buena calidad.
Para equilibrar nuestra suntuosa cena , decidimos compartir la Variedad de lechugas italianas aderezadas (Mistincanza all olio e aceto balsamico ($-118), que no era más, y nada menos, que una simple ensalada. El plus se lo puso el mesero, quien se ofreció a aliñarla frente a nosotros. ¡Mejor aliñada no podía estar!
De tercer tiempo pedimos (también para compartir) una sugerencia de temporada: la Pasta fresca con trufa negra (tagliolini al tartufo -$790), que no estaba en la carta. Nos encantó. A Eva se la llevaron preparada con mantequilla, que es la manera usual de prepararlo en l’Osteria y a Gerardo, en aceite de oliva. La pasta estaba perfectamente bien cocinada y la mantequilla potenciaba la exquisitez y elegancia de la trufa (que era nuestra amiga arriba descrita y rallada al momento), estructurando un plato delicioso.
Eva dudaba entre un risotto o un filete ya que había opciones muy interesantes en ambos casos, pero al fin se decidió por el Filete con esencia de trufa blanca (Tagliata al tartufo bianco -$396), que no era mas que un filete cocinado termino medio, sazonado (en la mesa) con aceite de trufa blanca, y acompañado por patatas y brócoli. Intenso, pero delicioso.
Aquí sólo hubo un detalle, y fue que preguntamos de dónde provenía el aceite, y nos aseguraron que era italiano, sin embargo, la etiqueta de la botella refería a una provincia francesa.
Gerardo pidió el Filete de robalo con tomate deshidratado, setas y peperoncino (Robalo al Salento -$248). Un buen pescado que estaba un pelín seco, lo que le restaba en sabor y textura, pero que combinaba perfectamente con la guarnición en la que, además de lo ya descrito, venían pimientos salteados.
Ya para los postres, Eva (quien se considera una fanática) no podía dejar pasar la oportunidad de probar el Tiramisu de Café ($85). Estaba elaborado de una manera moderna, puesto que no venia en rebanadas sino que estaba montado en un vasito de cristal. Era más ligero y menos intenso de lo normal, y estaba lejos de ser de los mejores que ha probado, pero era aceptable.
A Gerardo le prepararon una Copa de frutos rojos a petición suya, pues inicialmente le dijeron que no había frutas, pero insistió en que le llevaran el Merengue con fresa ($118), pero sin merengue. Se pusieron las pilas y además de fresas tenía arándanos, frambuesas y zarzamoras.
Acompañamos estos caprichos con una copa del vino de postre Privilegio dei Feudi di San Gregorio 2003 ($160), que presentaba un color dorado intenso. En nariz era súper aromático, con una nota predominante a chabacanos deshidratados (orejones) y flores blancas. En boca tenia una muy buena acidez, se confirmaba el chabacano deshidratado, la miel y aparecía una sabor que recordaba al ate de membrillo y que resultaba muy agradable.
Cuando salimos, el coche ya estaba junto a la puerta, detalle que evitó a Eva tener que caminar con zapatos de tacón sobre el empedrado.
Definitivamente quedamos contentos, fue una reconfortante y apacible noche.


Dirección: Goldsmith 103, Col. Polanco, Ciudad de México
Tels.: 5282-1059 / 5280-3099

http://www.losteriadelbecco.com

Horarios: Dom. de 13:00 a 18:00 hrs. Lun. a Sáb. de 13:00 a 0:00 hrs.

2 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo excelente servicio y extraordinaria comida los precios lo valen

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  2. Es el mejor en su categoría no hay mas y si es caro por eso lleva lo $$$$$uficente

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