jueves, 16 de febrero de 2012

Máximo Bistrot Local, naïf y sabroso


Máximo Bistrot Local abrió sus puertas el pasado mes de diciembre en la zona no restaurantera de la Colonia Roma y ya es muy difícil encontrar lugar sin reservación previa. ¿A qué se debe su éxito? Sin duda a su cocina esmerada y honesta que contrasta con lo naïf del salón y el servicio.
La base de su concepto es el uso de ingredientes frescos y de preferencia orgánicos, de producción local y, si no es posible, nacional, según explicó la encargada del salón a la mesa de al lado. Nosotros no corrimos con tanta suerte.
Al llegar nos sorprendió el argumento de que la mesa que habíamos reservado estaba ocupada, pero que las personas que estaban ahí ya iban a pagar la cuenta. Esperamos un rato parados en la puerta soportando el chiflón.
Ya en la mesa nos llevaron el menú y nos explicaron que eran fotocopias porque lo cambiaban todos los días. Tenía una corta pero interesante oferta de platillos conformada por siete entradas, cinco platos fuertes y cuatro postres.
Tras una larga espera, decidimos ordenar las entradas al centro. La primera: Aguachile de almeja chocolata, pepino y opal basil ($100). Fresco y delicioso. La almeja estaba magnífica, y venía preparada con aguacate, pepinillo fresco, manzana verde y albahaca. Era una combinación muy agradable de sabores y texturas.
La segunda entrada fueron Espárragos con salsa holandesa y pan tostado ($95). Los vegetales estaban perfectos, suaves y nada fibrosos, y la salsa era cremosa y bien elaborada. Conformaban un plato sencillo y sabroso, pese a que el pan tostado espolvoreado por encima de los espárragos se perdía.
La tercera entrada fueron unos Percebes ($98) traídos de Baja California, hoja santa limón (sic.) que no fueron nuestros favoritos, aunque la presentación era llamativa.
Una de las cosas a mejorar es la guarda de los vinos, pues pedimos que nos mostraran una botella de Zinfandel y estaba muy caliente, así que pedimos nos enseñaran un vino del Priorato y otro de Carignan J.C. Bravo. Nos inclinamos por el primero, Nita ($850), que era bebible, pero tenia retrogusto a corcho, otra vez por la mala conservación.
De principal Eva ordenó Red grouper (extraviado), con risotto de chícharo y ajillo ($195). El pescado estaba en su punto, y el ajillo combinaba bien. Lo que no le encantó fue el risotto, pues la textura no era la correcta y le faltaba un poco de sazón.
Gerardo pidió una Pechuga de pollo orgánica con mole y puré de camote ($180). Un plato redondo, con buena cocción del pollo, ingredientes de primera, buen sabor que se potenciaba exponencialmente al mezclar los ingredientes.
Como la comida estaba buena decidimos que la gula reinaría esa noche y compartimos un Filete de cerdo con gratín de papa y cebolla caramelizada ($185). Muy bueno: el cerdo estaba jugoso, el gratín de papa era delicado y agradable, y la cebolla caramelizada le daba ese toque intenso que lo convertía en un plato bien equilibrado.
De postre Gerardo eligió un Mil hojas de frambuesa ($85), que de hecho era una interpretación de este pastel con crema, tejas de almendra y crema. Muy bien logrado.
Y Eva, a quien le gusta mucho el ruibarbo, no pudo evitar pedir el Crumble de ruibarbo y fresa ($90). Venia servido en un plato hondo, con un poco de avena. El ruibarbo y la fresa se combinaban en una especie de salsa dulce, y el crumble venia de topping. Rico, pero demasiado sustancioso para rematar una copiosa cena.
Para acompañar los postres pedimos la única opción que había: un vino Le Lapeyre Moelleux, de la región de Jurançon. Vino fresco y ligero que se bebía fácilmente. Como la copa costaba $160 y la botella $790, nos decidimos por la segunda, aunque no la terminamos y no porque no nos gustara, sino porque era demasiado.
El lugar era agradable y lo naïf seducía, pero una cosa es la ingenuidad y otra los fallos graves en el servicio, como dejarnos abandonados por largos periodos y la falta de explicación de los platillos, lo que dejó volando lo más sólido del lugar: la cocina del chef Eduardo García, ex jefe de cocina de Pujol.

Dirección: Tonalá 133. Esquina con Zacatecas, Colonia Roma, Ciudad de México
Teléfono: 5264 4291
Página web: http://www.maximobistrot.com.mx/
Horarios: Martes a sábados: de 13:00 a 23:00 hrs. Domingo de 11:00 a 19:00 hrs.

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