viernes, 3 de septiembre de 2010

¡No me amenaces!

Yo, Sonia Hernández, confieso que peco por lo menos una vez a la semana con un hombre llamado Gerardo Jiménez. Y yo, Gerardo, acepto que nuestro pecado es el mismo que cometieron Adán y Eva en El Paraíso: comer por el puro placer de conocer el sabor aun estando satisfechos. En otras palabras: la gula.
Vamos a restaurantes y escribimos reseñas que publicamos en este blog El Pecado. Entre las más recientes está una sobre el nuevo restaurante Dulce Patria de la chef Martha Ortiz.
Como suele ocurrir en Internet, un patán anónimo nos amenazó con acabar con nuestra incipiente carrera de críticos gastronómicos. Juzguen ustedes si la cosa es para tanto: (haga clic en Me dio MEDIO).

La amenaza nos hizo pensar por qué hay tan poca tolerancia a la crítica en nuestro país.
Cada vez que vamos a un restaurante y sacamos la cámara, el personal (meseros, hostes, capitán, etc.) se ponen, como poco, nerviosos y comienzan a murmurar. Los menos cambian su trato a uno más rudo y en la mayoría de los casos la atención y el servicio se comienzan a centrar en nosotros de forma anormal.
Hay quien dice que tomarle el pulso a alguien es imposible, porque en el momento mismo en que se toca su brazo para medirlo, el pulso se altera. Algo similar nos pasa cuando sacamos el aparato de fotos en los establecimientos y también cuando empezamos a tomar notas.
Uno podría pensar que en todas partes cuecen habas, pero no es así. A finales de julio Gerardo viajó a Europa en un recorrido con finalidad gastronómica en el que visitó tres restaurantes de tres estrellas Michelin, otros tres con dos estrellas y una tripleta más de una estrella, así como un par más sin estrellas pero que o bien cuentan con una gran tradición o están de moda. En todos tomó, con su acompañante, múltiples fotos de los platillos y del lugar y nadie pareció inmutarse por ello. A lo más los veían con indulgencia, como si fueran una especie de turistas japoneses.
Acá nos ven a veces como espías y otras como periodistas fuera de su control, pues no pedimos permiso y pagamos todos nuestros consumos, que no son baratos, por cierto. Y tal vez esa es la razón del miedo: somos críticos independientes.
Repito, la pregunta: ¿por qué en México se toma tan mal la crítica?
La razones, se me ocurre, son múltiples. Una de ellas es porque existe una tradición de crítica negativa que está dirigida más bien a la extorsión. Pero no es la única.
Pienso que la principal razón es la intolerancia. La incapacidad emocional de aceptar la diferencia que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida nacional, comenzando por la política. Intolerancia que llevada a casos extremos termina en la supresión del otro, del que es diferente o expresa un punto de vista distinto.
Lo mismo lo vemos en el arte, los deportes, los negocios y, por supuesto, la gastronomía.
La solución: una labor titánica educativa que llevará generaciones, cuando empiece.

6 comentarios:

  1. Que tal,
    les llevo leyendo desde hace algunos meses y son una visita semanal obligada en mi calendario de blogs, personas como yo agradecemos que alguien, al menos un par de pecadores se atrevan a realizar una critica sin compromisos alejada de la ficcion de los anuncios pagados en materia de gastronomia que se encuentran a lo largo y ancho de cada periodico de este pais.
    Es un lastima saber que aunque estamos en un supuesta clima de "progreso nacional" en materia gastronomica, existan Dinosaurios dispuestos a mellar la opinion objetiva de dos comensales.
    La verdad duele y mucho, la mayoria de nuestros supuestos grandes cocineros estan a años luz de las pretenciones de sus locales. Que decir de las casas grandes del mundo.
    Enhorabuena por su trabajo y dedicacion.

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  2. otra cosa mas para el ANONIMO DE MIEDO, ponte a trabajar chaval!!

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  3. Bueno. Yo no estoy de acuerdo con su crítica de Pujol pero no los voy a amenazar de muerte y destrucción.
    Siento que uno de los defectos del mexicano es no poder aceptar la crítica (Somos muy chingones, si no lo somos es culpa del gobierno nunca nuestra).
    Por otro lado me han enseñado a buscar lo mejor.
    Tienen muchos "fans" (munca sobra un poco de alimento al ego)pasivos, que los leemos y no comentamos, ese que amenaza con miedo (como si fuera la gran "Barbie") de seguro es alguien que no está seguro de su formación como cocinero y se ofende con una crítica.
    Vaya, si hasta el mísmisimo Ferran Adrià ha sido criticado, hay que aguantar y permanecer fiel a nuestras ideas, lo más seguro es que de entrada no todo el mundo sea receptivo al principio (el mundo helado salado, las espumas, los ingredientes industriales en la alta cocina), pero si son buenas prevalecerán por encima de toda crítica. (Lo dice alguien totalmente ajeno al mundo culinario).

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  4. No le compren a allforchefs.info, abusan de que son los únicos proveedores de esa mercancía en el país. Mejor evítense intermediarios y compren directo del proveedor, si no tengan "meeeedio", jajajaja.

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  5. Perdón por no subir antes los comentarios, pero estábamos sin conexión a internet. Gracias al anónimo gentil y a Sergio por sus comentarios.
    Saludos.

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