viernes, 14 de mayo de 2010

Infarto de alcachofa








Cuando llegamos a cenar al Corazón de Alcachofa, nos preguntamos si nos habíamos mal acostumbrado a los elevados estándares de los restaurantes que hemos frecuentado recientemente, porque nada más entrar tuvimos una impresión negativa: la hostess no era para nada amable y sí un pelín misógina, pues a Sonia no sólo la ignoró, sino que su mirada la traspasó como si fuera invisible. También había detalles que indicaban falta de mantenimiento, la mantelería estaba fea, además de sucia, y en general la decoración era de mal gusto, etc.
En un intento muy extraño de innovar, la carta, tanto de alimentos como de bebidas, estaba escrita en un pizarrón de plumón rojo y verde, con letra de ‘maestra Jimena’ y con rueditas para poder desplazarlo a todas las mesas.
Más bien parecía la pizarra de la sala de juntas de un equipo de cambaceo.
Sonia decidió empezar con un Martini de kiwi hecho en la mesa, con bastante fruta y de buen sabor, pero con suficiente alcohol como para no pedir otro, a riesgo de pasar de la relajación a la euforia y de ahí a perderse. Gerardo, en cambio, decidió variar un poco y ordenó un fino La Ina.
Para abrir apetito, pedimos la alcachofa parrillada ($90), que tanto nos habían recomendado. Venía servida con una mayonesa de alcaparra, bastante sabrosa, y una salsa agridulce de cacahuate; pero quedamos sorprendidos al encontrarnos con unas alcachofas viejas, con tan mala cocción que era casi imposible raspar la carne. El marinado tenía buen sabor, pero la textura mató toda intensión de disfrutar una buena entrada. Una estaba quemada por fuera y la otra, aunque estaba bien de cocción, la mala calidad del producto igual la hizo incomible.
Después pedimos un fettuccini putanesca ($159) compartido, que no era nada del otro mundo y la cocción de la pasta estaba ligeramente más dura que al dente.
De fuerte se reivindicaron pues también compartimos un corte Cabrería ($390) de Kansas, corn fed, prime beef, añejado 28 días. Una carne extra suave, con marmoleo notable y excelente sabor; realmente buena. En contraste, la guarnición era una ensalada de jitomate y lechuga con un mínimo de aderezo y mal sabor.
La carne estaba tan suave que Sonia sospechó que tenía ablandador, porque esa textura, en la que parecía no existir tejido conectivo en el músculo, no parecía natural. Ante la duda decidimos llamar al chef que no estaba y en su lugar salió el sous chef que muy amablemente nos explicó que no había ningún proceso externo, ni químico ni físico (como la tenderización) en el tratamiento de la carne. Y que todo se debía a la alimentación del animal con maíz dulce y al añejamiento, que se hacía luego de recibir la carne congelada de Estados Unidos en Guadalajara y de ahí se las mandaban en porciones envasadas al alto vacío.
Todo lo maridamos con uno de los dos vinos que tenían por copeo: Reserva magna Domeq, un coupage de nebbiolo, cabernet y shiraz.
Un detalle de su carta pizarrón de vinos es que la botella más cara alcanzaba los 7 mil pesos (Vega Sicilia) y el más barato 320 pesos (Viña la rosa, chileno).
De postre había las ocho opciones típicas, entre ellas cheescake de pera, créme brulé, tarta de limón, pannacota entre otras. Nos decidimos, Sonia por una Pablova ($70) con frutos rojos y helado de vainilla y Gerardo por una Tarta Tatín ($70) con helado de almendra.
El mesero le juró y perjuró a Gerardo que la tarta era realmente buena y no una más de las que preparan por todos lados. La verdad es que no era nada excepcional y la Pablova tampoco.
La carta tenía una oferta variada aunque muy trillada: contaba con nueve entradas, tres sopas, seis salsas para una pasta fettuccini, tres ravioles, cuatro cortes de carne, tres pescados, un pollo y los postres. En casi todas las opciones había alcachofa y fuera de los cortes, que eran lo mejor, no había una propuesta innovadora ni muy interesante, ni en concepto ni en presentación.
Una virtud que hay que destacar del corazón de alcachofa es el servicio, que fue constante, eficiente y esmerado, con muy buena actitud. También tenían bonitos cuchillos para los cortes, con el logo del lugar grabado.
Pero si nos quedamos con el concepto del corazón de la alcachofa, las que nos sirvieron parecía que habían sufrido un infarto.
Dirección: Masaryk 94
Col. Polanco Chapultepec
Tel. 5203-1966 / 5545-4290
Horarios:
Lun-sáb 13:30-00 hrs.

4 comentarios:

  1. Yo he comido un par de ocasiones en La Alcachofa de Altavista y tengo la impresión totalmente contraria. El servicio buenisimo. La alcachofa al grill deliciosa. La última vez comi los ravioles rellenos de cangrejo con salsa de alcachofa de lo mejor. Y la pannacota es buenisima las veces que he ido siempre la he pedido.
    Concuerdo con ustedes que la decoración y sobre todo la mantelería son de mal gusto. La selección de vinos y precios no es la mejor tampoco.

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  2. Gracias por tu comentario. Hace poco comentabamos en Facebook que todo en la vida tiene sombras y luces, pero en este restaurante predominaban las primeras. En otras palabras: no nos gustó, pero reconocemos las cosas que estaban bien. El servicio era una de ellas y en los alimentos la carne. También sabemos que los restaurantes tienen sus días malos y a nosotros sin duda nos tocó uno de esos días. Varias personas nos habían recomendado las alcachofas y nos sorprendió que fueran tan malas. Francamente nos decepcionaron. Pero nos da gusto que a ti te haya tocado bien en Altavista. A ver si en Polanco se esmeran un poco más. Saludos

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  3. Espero que no tomes a mal mi comentario o discrepancia con ustedes.
    Desde hace más de 6 meses lo descubrimos y comemos muy seguido en el mencionado Corazon de la Alcachofa Polanco, y en general con la gente que vamos disentimos en varios puntos con ustedes.
    Varias veces he probado uno de los martinis sugeridos y en mi caso, bebedor de martini seco, el alcohol de los presentados no representa un problema, ya que es un martini, aunque por lo dulce de algunos, dudo que sean recomendados para aperitivo.
    Con las alcachofas parrilladas, deben haber sufrido la excepción, porque siempre que vamos, alguien en la mesa las ordena y cada vez hemos visto buen sabor, textura y frescura. Otras entradas pedidas sashimis, carpaccio y ensaladas han estado muy pero muy bien.
    Coincido que la carne es muy buena, pero lo que más me gusta son las pastas, los raviolis y fettuccinis (especialmente el alfredo) siempre han estado al dente, solo una vez me toco que unos raviolis estaban un punto más cocido que lo tradicional.
    La carne y pesca son buenísimas y los postres creo que son el broche de oro de la comida.
    La carta de vinos, si bien no son baratos hay buena variedad y vinos no comerciales, lo que para un amante de la variedad ayuda a salir de lo tradicional. Creo que les falta variedad en España y Francia; así como creo que les sobra en México (lo que no debe ser necesariamente malo).
    La decoración no es mi favorita, en eso coincidimos, pero también he de decirte que no es de las peores. Las sombras muchas veces ayudan a generar un ambiente más íntimo. En la mantelería coincido con ustedes así como en el servicio.
    Espero tus siguientes reseñas de restaurantes.

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  4. Muchas gracias por su comentario. Nos da mucho gusto que su experiencia en Corazón de Alcachofa haya sido buena y que éste sea uno de sus restaurantes favoritos. Como ya comentamos en su momento en este mismo post, los restaurantes a veces tienen sus días malos y a nosotros nos tocó uno pésimo. Nuestra idea es que los lugares pueden cambiar y mejorar. Si éste es el caso, ¡enhorabuena!

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